A propósito de la celebración de los 477 años de la ciudad, es importante reflexionar si realmente ésta debe ser una celebración o una conmemoración en homenaje a los pueblos originarios de la sabana de Bogotá, los Muiscas.
Desde la llegada del invasor español, se generó una política para hacernos despreciar nuestros orígenes que ha perdurado hasta nuestros días. Se satanizó la religión de los Muiscas al denominarla como juntas y borracheras de adoración al demonio, entre otras tantas barbaridades.
Desde la llegada del invasor español, se generó una política para hacernos despreciar nuestros orígenes que ha perdurado hasta nuestros días. Se satanizó la religión de los Muiscas al denominarla como juntas y borracheras de adoración al demonio, entre otras tantas barbaridades.