FESTIVAL ANDINO MUEQUETÁ
Qué es el Festival Andino Muequetá?
El Festival Andino Muequetá propone espacios de reivindicación de los saberes y practicas ancestrales del territorio de Muequetá (hoy llamado Bogotá) habitado ancestralmente por los Muiscas.
La palabra Muequetá proviene del idioma muisca, del topónimo Muykyta que significa «campo de labranza» (de muyky: campo; y ta: labranza). El nombre Bogotá proviene del topónimo Bacatá y este a su vez de Muykyta.
En este contexto, el Festival Andino Muequetá propone espacios como talleres en diferentes prácticas (tejido, alimentos, música, danza, etc.), conversatorios / círculos de palabra, manifestaciones, celebraciones... que aporten en la reivindicación de esos saberes, tradiciones y prácticas que nos fueron negadas desde la colonización.
La palabra Muequetá proviene del idioma muisca, del topónimo Muykyta que significa «campo de labranza» (de muyky: campo; y ta: labranza). El nombre Bogotá proviene del topónimo Bacatá y este a su vez de Muykyta.
En este contexto, el Festival Andino Muequetá propone espacios como talleres en diferentes prácticas (tejido, alimentos, música, danza, etc.), conversatorios / círculos de palabra, manifestaciones, celebraciones... que aporten en la reivindicación de esos saberes, tradiciones y prácticas que nos fueron negadas desde la colonización.
Para qué el Festival Muequetá?
Hoy 522 años después de la invasión de los europeos a las tierras de la Abya Yala, es mucha el agua que ha corrido y muchas reflexiones que hacer. En la historia se nos enseña que ésta empezó con la llegada de los españoles y que los pueblos indígenas eran unos bárbaros sin dios ni ley, que hacían juntas y borracheras para idolatrar al diablo y en sus ritos sacrificaban jóvenes. Con esos argumentos justificaron uno de los genocidios más grandes de la historia del mundo, pues no solo asesinaron a millares de indígenas sino que poco a poco fueron acabando con las tradiciones sociales, políticas y culturales de los pueblos indígenas.
La manera violenta y las divisiones, abrieron el paso a los españoles por los territorios de los Muiscas, quienes tardaron más de dos décadas para lograr afianzarse, periodo en el cual hubo algunas rebeliones aisladas en algunos cacicazgos, por cuenta de los permanentes abusos de los encomenderos, quienes no saciaban su codicia por el oro, las esmeraldas y las tierras. La represión no se hizo esperar y los españoles junto con sus aliados muiscas sofocaron las rebeliones, asesinando o escarmentándolos públicamente. A los que dejaban vivos, les cortaban una mano, la nariz o una oreja, para que los demás no volvieran sublevarse.
Desde la llegada de los españoles, estos fueron forjando una nueva casta de Indígenas que estuvieran a su servicio, los evangelizaron y los usaron como traductores, se les llamo ladinos. Esta nueva casta y las divisiones entre los diferentes cacicazgos que venían desde los tiempos prehispánicos, fueron muy bien utilizados por los españoles para poner a los Muiscas en conflictos entre ellos mismos e imponer el proceso de cristianización, hasta hacerlos despreciar sus orígenes. Un ejemplo son las denuncias que los indios ladinos hacían contra otros indios, por tener sitios de santuarios y ofrendas.
Desde esos tiempos, están los orígenes de la patria boba, eterno problema de los colombianos en ponernos de acuerdo. Primero fueron los que por un lado decían “abajo el mal gobierno, viva el rey de España” y por el otro, los que exigían la independencia total de los europeos, luego fueron los centralistas y federalistas; y ahora los que están contra el capital y los que están por un capitalismo “humanista”. Y en todo este proceso se fue perdiendo las raíces de identidad, pues no hemos sido capaces de reconocer nuestros orígenes y mucho menos los conocimientos ancestrales, que son en esencia los que se deben rescatar.
En las últimas décadas, las tradiciones culturales andinas, se han venido afianzando en nuestra ciudad, eso se ha visto reflejado en los múltiples grupos de música y danza andina. Desde 1992 cuando las conmemoraciones de los 500 años de la invasión europea, se ha venido fortaleciendo el rescate y reconocimiento de las raíces indígenas en nuestro Ser mestizos, a través de diversas expresiones culturales andinas.
Aquí en Bogotá en los últimos años se han venido afianzando una serie de procesos de rescate ancestral, desafortunadamente desarticulados. Sin embargo en el 2008 por convocatoria de Zampoñas Urbanas se convocó a un evento que se denominó la Historia No Contada y que logro coordinar con otros procesos locales en La Candelaria, Ciudad Bolívar y Techotiba mal llamada Kennedy para el 12 de octubre de ese año, actividad que fue importante pero que no se volvió a realizar.
Por ello la importancia de retomar el camino de la unidad y para ello proponemos la realización del Festival Andino para generar unos espacios de reflexión en torno a los hechos que han rodeado los más de 500 años de invasión europea y sus repercusiones al día de hoy. Es vital hacer una reconstrucción histórica para darle el sitio que se merece ese 50% del ser mestizos, que no es otra cosa, que la herencia indígena, la cual, por siglos ha sido desconocida y despreciada, por las imposiciones culturales.
Es hora que nuestras comunidades sepan que las Guarichas y Guaches, no eran ni putas ni gamines, sino princesas y guerreros y que los sitios de culto y ceremoniales no eran sitios de idolatrías y borracheras para adorar al diablo. Es hora que dejemos de
cantar falsedades históricas, como la primera estrofa del Himno de Bogotá. Los codiciosos fueron los que torturaron, asesinaron, violaron y oprimieron al pueblo Muisca en busca del dorado.
Por ello, en el Festival Andino se realizan talleres de Gastronomía, Tejidos, Fotografía, elaboración de instrumentos y conversatorios en algunas localidades, que son el preámbulo a un foro sobre la verdad histórica sobre la conquista española.
La manera violenta y las divisiones, abrieron el paso a los españoles por los territorios de los Muiscas, quienes tardaron más de dos décadas para lograr afianzarse, periodo en el cual hubo algunas rebeliones aisladas en algunos cacicazgos, por cuenta de los permanentes abusos de los encomenderos, quienes no saciaban su codicia por el oro, las esmeraldas y las tierras. La represión no se hizo esperar y los españoles junto con sus aliados muiscas sofocaron las rebeliones, asesinando o escarmentándolos públicamente. A los que dejaban vivos, les cortaban una mano, la nariz o una oreja, para que los demás no volvieran sublevarse.
Desde la llegada de los españoles, estos fueron forjando una nueva casta de Indígenas que estuvieran a su servicio, los evangelizaron y los usaron como traductores, se les llamo ladinos. Esta nueva casta y las divisiones entre los diferentes cacicazgos que venían desde los tiempos prehispánicos, fueron muy bien utilizados por los españoles para poner a los Muiscas en conflictos entre ellos mismos e imponer el proceso de cristianización, hasta hacerlos despreciar sus orígenes. Un ejemplo son las denuncias que los indios ladinos hacían contra otros indios, por tener sitios de santuarios y ofrendas.
Desde esos tiempos, están los orígenes de la patria boba, eterno problema de los colombianos en ponernos de acuerdo. Primero fueron los que por un lado decían “abajo el mal gobierno, viva el rey de España” y por el otro, los que exigían la independencia total de los europeos, luego fueron los centralistas y federalistas; y ahora los que están contra el capital y los que están por un capitalismo “humanista”. Y en todo este proceso se fue perdiendo las raíces de identidad, pues no hemos sido capaces de reconocer nuestros orígenes y mucho menos los conocimientos ancestrales, que son en esencia los que se deben rescatar.
En las últimas décadas, las tradiciones culturales andinas, se han venido afianzando en nuestra ciudad, eso se ha visto reflejado en los múltiples grupos de música y danza andina. Desde 1992 cuando las conmemoraciones de los 500 años de la invasión europea, se ha venido fortaleciendo el rescate y reconocimiento de las raíces indígenas en nuestro Ser mestizos, a través de diversas expresiones culturales andinas.
Aquí en Bogotá en los últimos años se han venido afianzando una serie de procesos de rescate ancestral, desafortunadamente desarticulados. Sin embargo en el 2008 por convocatoria de Zampoñas Urbanas se convocó a un evento que se denominó la Historia No Contada y que logro coordinar con otros procesos locales en La Candelaria, Ciudad Bolívar y Techotiba mal llamada Kennedy para el 12 de octubre de ese año, actividad que fue importante pero que no se volvió a realizar.
Por ello la importancia de retomar el camino de la unidad y para ello proponemos la realización del Festival Andino para generar unos espacios de reflexión en torno a los hechos que han rodeado los más de 500 años de invasión europea y sus repercusiones al día de hoy. Es vital hacer una reconstrucción histórica para darle el sitio que se merece ese 50% del ser mestizos, que no es otra cosa, que la herencia indígena, la cual, por siglos ha sido desconocida y despreciada, por las imposiciones culturales.
Es hora que nuestras comunidades sepan que las Guarichas y Guaches, no eran ni putas ni gamines, sino princesas y guerreros y que los sitios de culto y ceremoniales no eran sitios de idolatrías y borracheras para adorar al diablo. Es hora que dejemos de
cantar falsedades históricas, como la primera estrofa del Himno de Bogotá. Los codiciosos fueron los que torturaron, asesinaron, violaron y oprimieron al pueblo Muisca en busca del dorado.
Por ello, en el Festival Andino se realizan talleres de Gastronomía, Tejidos, Fotografía, elaboración de instrumentos y conversatorios en algunas localidades, que son el preámbulo a un foro sobre la verdad histórica sobre la conquista española.